(Disculpandome por los horrores gramaticales propios de un aprendiz de escribidor)

jueves, 23 de agosto de 2007

Carmencita

Existen personas que desafían a la misma vida, como refiere el dicho, les gusta desenvolverse "Al filo de la navaja", actúan en el limite de la legalidad o bordeando el peligro, por lo general sus acciones son intuitivas y el riesgo que acostumbran sobrellevar lo manejan con tanta naturalidad que uno no capta de inmediato sus proezas o los escollos que superan. La leyes, moral, civismo, decencia, respeto o consideración pasan a segundo plano si alteran u obstruyen sus objetivos, la frase el fin justifica los medios la aplican con firmeza y gráfica con certeza la forma de ser de estos individuos.

Son carismáticos, tienen agilidad mental e infinidad de recursos para lograr sus fines, no necesitan ser inteligentes ni versados, basta la audacia que esgrimen o el arrojo que a muchos nos cuesta asumir ante situaciones que ameriten hacerlo, van por la vida avanzando, sin detenerse a mirar a quienes lastiman y también sin medir el daño que pueden hacer de manera involuntaria a sus íntimos.

Su estridente vida sacude la nuestra cuando nos roza y recordamos con nostalgia los momentos que compartimos cuando abandonan este mundo, dicen que las personas viven hasta que los recuerden y muchas veces están más presentes que muchos vivos a nuestro alrededor; este última oración me llegó en un correo hoy y por esas cosas imprevisibles me hizo recordar a Carmencita.

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