Anarquía, ¿Eres anarquista?

Para duchos y legos ofrezco primero una escueta ilustración al respecto. Anarquía tiene una raíz etimológica de origen griego, proviene del vocablo an (no) y arkho (jefe), podemos definirla como una corriente filosófica, ideología y movimiento político que fomenta e impulsa la soberanía y paridad de cada individuo así como la organización social sin jerarquías, autoridad ni control social.
Sus orígenes se remontan al principio de la humanidad, cuando grandes grupos de hombres y mujeres (familias) vivían juntos sin establecer entre ellos rangos, reglas, división del trabajo o acumulación de riqueza, era en síntesis una primitiva forma de anarquía. De manera concreta la primera vez que se utiliza el termino es cuando el poeta y dramaturgo griego Esquilo lo acuña en la obra "Los siete contra Tebas" al detallar la expresa rebelión del personaje Antígona para rechazar abiertamente el decreto de los gobernantes de dejar al cuerpo de su hermano Polyneices sin enterrar (ejous apiston ténd anarjían polei). También en la antigua Grecia el filósofo Zenon de Citio repudia la omnipotencia e intervencionismo del Estado, proclama la soberanía de la ley moral del individuo".
Mas adelante, en la Europa del siglo XVI los anabaptistas son considerados como los precursores religiosos del anarquismo moderno, ellos sostenían que el hombre bueno será guiado en cada situación por el sagrado espíritu. Winstanley, Rabelais, Montaigne, Vanini, Servet o Vives son otros importantes exponentes de esa corriente en la época. En los años iniciales de la revolución francesa se escribe y pronuncia por primera vez la palabra anarquistas como sinónimo de hombres con un pensamiento social y político revolucionario. El grupo de "Les Égaux" (Los iguales) fueron calificados de "anarquistas".

Pierre-Joseph Proudhon fue la primera persona en calificarse a sí misma como anarquista, considerado como el precursor o padre del anarquismo moderno es famoso por haber dicho en el libro “¿Qué es la propiedad?” (1840), que “la propiedad es el robo”. Sin embargo, Proudhon, en esencia, únicamente sometió a dura crítica la gran propiedad capitalista. Defendía la pequeña propiedad vinculada al trabajo, y consideraba que el fortalecimiento de este tipo de propiedad constituía la única salvación frente al capitalismo. "¿Dónde encontraremos un poder capaz de hacer el contrapeso del Estado? Allí no hay más que la propiedad. El derecho absoluto del Estado está en conflicto con el derecho absoluto del dueño de la propiedad. La propiedad es la más grande y revolucionara fuerza que existe".

En el siglo XX el anarquismo recibe aportes de varios movimientos y tendencias filosóficas, políticas, culturales y radicales, de alguna forma los hippies, punks, darks, hackers, el existencialismo, feminismo y ecologismo radical se consideran anarquistas. Los grupos antiglobalización así como el levantamiento zapatista o los sucesos argentinos del 2002, el movimiento estudiantil en Chile el 2006 o las revueltas de Oaxaca iniciadas ese mismo año y aún hasta hoy vigentes son otras manifestaciones contemporáneas de anarquismo.

Confesiones y contradicciones - Similitudes o diferencias

Sin animo de establecer comparación alguna pero si analogías debo indicar que nací y crecí en el seno de una estable familia católica de clase media, recibí educación escolar como universitaria en instituciones privadas y gocé de privilegios que no todos mis compatriotas disfrutaban, fue durante la segunda mitad del siglo pasado en Lima, donde resido hasta ahora. En esos años la capital de Perú era una ciudad con una sociedad tradicional y anticuada, vertical y autocrática, aún de tamaño reducido pero con una explosión demográfica desbocada por la fuerte migración de provincianos hacia Lima estimulada principalmente por el centralismo del estado. Las presiones sociales y aspiraciones familiares me forjaron un adiestramiento de orden capitalista bajo el retrogrado y equivocado precepto de "Cuanto mas dinero tienes, mas eres"; la religión imponía su dogma, el militarismo copaba los gobiernos y el ámbito familiar era estrictamente vertical, los valores humanos o enriquecimiento del alma quedaron relegados, no cabían, así gran parte de mi vida transcurrió con el objetivo del precepto mencionado.

La natural rebeldía que generaba una sociedad de esas características estimuló la búsqueda de elementos paliativos que incluyeron desde el alcohol hasta sustancias ilegales, en el curso de los años tuve sucesivos triunfos y caídas, no encontré respuestas satisfactorias de estos traspiés y evoluciones o progresos hasta que la veteranía me permitió evaluar, meditar o revisar las experiencias vividas.

Con los años se endurece el espíritu y el idealismo de la juventud se pierde pero también se comprende que la incapacidad, desinterés e imposibilidad de nuestros lideres políticos empresariales e institucionales para corregir, reorientar o cambiar los pilares legales, morales o cívicos que sostienen a la comunidad es una utopía y que las nuevas generaciones deben adaptarse y desenvolverse en ella o migrar. El escepticismo o rebelión interna invade el alma y al no encontrar respuestas satisfactorias debemos ubicar nuestra conciencia en posiciones como esta de la anarquía.