"El sindrome del perro del hortelano" fue un artículo periodístico escrito por el presidente Alan García y publicado en el diario "El Comercio" el 28 de Octubre del año pasado, dos nuevas reseñas con el mismo título nuevamente publicó García el 25 de Noviembre "Receta para acabar con el perro del hortelano" y el domingo 2 de Marzo de este año "El perro del hortelano contra el pobre"
Este tercer escrito de nuestro presidente sobre el perro del hortelano mantiene la tesis de los dos que le antecedieron, los problemas para el desarrollo nacional son principalmente generados por compatriotas 
de mente obtusa e ideas retrogradas, de agitadores insatisfechos o seguidores de ideas políticas desfasadas con la realidad, gente que prioriza el "anti" sobre todo y retrasan el desarrollo del país; además de su filosa verborrea contra detractores se despacha atiborrando el último texto con interminables cifras de actuales programas de ayuda social, luego sigue con algunas loas a la gestión de su esposa (¿?) para culminar con nuevas e irónicas injurias hacia sus "enemigos".
Ya personas destacadas de nuestra sociedad, reconocidos científicos y ecologistas, renombrados politólogos y sociólogos así como ciudadanos comunes dieron respuesta a los artículos que antes escribió García, con mucha deferencia por su investidura discreparon y cada uno desde su perspectiva hizo notar la importancia y verdadero del papel del estado en este tema junto al pobre o nulo desempeño del mismo hasta hoy. El escaso interés de miembros del gobierno para dictar leyes y normas que permitan corregir deficiencias visibles o latentes errores es flagrante, la poca voluntad de la burocracia estatal para apoyar las intenciones del mandatario son evidentes, pareciera que García lo sabe y entiende la necesidad de efectuar profundas reformas en el estado para conseguir su objetivo pero no expone ni una gestión o decisión en ese sentido, nada que permita siquiera intuir el inicio de cambios hacia la meta propuesta por él, solo afrentas y "afilados" textos garantizan que todo quedará en ilusas ideas o empolvados proyectos.
Respecto al último artículo el presidente empieza calificando de anarquistas a todos los que hacen protestas ( ...su letanía fue que todo capital es un robo del trabajo ajeno y que la inversión siempre es explotación y dominación...), García usa la vedada estrategia de sendero luminoso, "Quienes no están de nuestro lado son nuestros enemigos", ubicar en antípodas a sus partidarios y detractores es tan radical como el manifiesto terrorista. Segundo, respecto al inciso II "el gobierno no hace nada para reducir la pobreza", La gran cantidad de cifras expuestas son discutibles, casi la totalidad son programas heredados de gestiones anteriores, diseñados para otras épocas o realidades y están altamente corrompidos, solo dos ejemplos, en el programa del vaso de leche menciona una inversión de 372 millones de soles y cinco millones de niños beneficiados,
en investigación del año pasado se descubrió que un 70% de recursos asignados no llega a quienes está dirigido, por la seriedad de quienes impulsaron y desarrollaron la investigación el gobierno debió aceptar sus resultados pero nada hizo por corregir los defectos; el programa Juntos diseñado para zonas rurales de alta pobreza se usa políticamente en ciudades para bajar tensión en barrios pobres, se desvirtúa la esencia del programa además de no llegar a quienes está destinado. Respecto al punto III donde la protagonista parece ser la esposa de García me relevo de opinar además eso de trasladar responsabilidades a los gobiernos regionales mas parece una respuesta impulsada por su "hígado" inflamado, la exigencia de algunas regiones para no aceptar una evaluación de nuevos profesores según los parámetros estatales prevaleció y el gobierno debió retroceder sobre su inicial intención. Para terminar el punto IV minimiza a sus opositores, los tilda de ignorantes, usa ejemplos de otras realidades y vuelve a insultar. Sin comentarios.
Solo queda decir que la función de un jefe de estado es delinear el rumbo de la nación y dictar o impulsar las medidas para conseguir sus objetivos, una constitución presidencialista como la nuestra exige mayor acción de parte del ejecutivo y no solo la enumeración de buenas intenciones o deseos. Sr. García nadie lo puso a la fuerza frente al país, fue una decisión partidaria o personal que debe refrendar y honrar.
de mente obtusa e ideas retrogradas, de agitadores insatisfechos o seguidores de ideas políticas desfasadas con la realidad, gente que prioriza el "anti" sobre todo y retrasan el desarrollo del país; además de su filosa verborrea contra detractores se despacha atiborrando el último texto con interminables cifras de actuales programas de ayuda social, luego sigue con algunas loas a la gestión de su esposa (¿?) para culminar con nuevas e irónicas injurias hacia sus "enemigos".Ya personas destacadas de nuestra sociedad, reconocidos científicos y ecologistas, renombrados politólogos y sociólogos así como ciudadanos comunes dieron respuesta a los artículos que antes escribió García, con mucha deferencia por su investidura discreparon y cada uno desde su perspectiva hizo notar la importancia y verdadero del papel del estado en este tema junto al pobre o nulo desempeño del mismo hasta hoy. El escaso interés de miembros del gobierno para dictar leyes y normas que permitan corregir deficiencias visibles o latentes errores es flagrante, la poca voluntad de la burocracia estatal para apoyar las intenciones del mandatario son evidentes, pareciera que García lo sabe y entiende la necesidad de efectuar profundas reformas en el estado para conseguir su objetivo pero no expone ni una gestión o decisión en ese sentido, nada que permita siquiera intuir el inicio de cambios hacia la meta propuesta por él, solo afrentas y "afilados" textos garantizan que todo quedará en ilusas ideas o empolvados proyectos.
Respecto al último artículo el presidente empieza calificando de anarquistas a todos los que hacen protestas ( ...su letanía fue que todo capital es un robo del trabajo ajeno y que la inversión siempre es explotación y dominación...), García usa la vedada estrategia de sendero luminoso, "Quienes no están de nuestro lado son nuestros enemigos", ubicar en antípodas a sus partidarios y detractores es tan radical como el manifiesto terrorista. Segundo, respecto al inciso II "el gobierno no hace nada para reducir la pobreza", La gran cantidad de cifras expuestas son discutibles, casi la totalidad son programas heredados de gestiones anteriores, diseñados para otras épocas o realidades y están altamente corrompidos, solo dos ejemplos, en el programa del vaso de leche menciona una inversión de 372 millones de soles y cinco millones de niños beneficiados,
en investigación del año pasado se descubrió que un 70% de recursos asignados no llega a quienes está dirigido, por la seriedad de quienes impulsaron y desarrollaron la investigación el gobierno debió aceptar sus resultados pero nada hizo por corregir los defectos; el programa Juntos diseñado para zonas rurales de alta pobreza se usa políticamente en ciudades para bajar tensión en barrios pobres, se desvirtúa la esencia del programa además de no llegar a quienes está destinado. Respecto al punto III donde la protagonista parece ser la esposa de García me relevo de opinar además eso de trasladar responsabilidades a los gobiernos regionales mas parece una respuesta impulsada por su "hígado" inflamado, la exigencia de algunas regiones para no aceptar una evaluación de nuevos profesores según los parámetros estatales prevaleció y el gobierno debió retroceder sobre su inicial intención. Para terminar el punto IV minimiza a sus opositores, los tilda de ignorantes, usa ejemplos de otras realidades y vuelve a insultar. Sin comentarios.Solo queda decir que la función de un jefe de estado es delinear el rumbo de la nación y dictar o impulsar las medidas para conseguir sus objetivos, una constitución presidencialista como la nuestra exige mayor acción de parte del ejecutivo y no solo la enumeración de buenas intenciones o deseos. Sr. García nadie lo puso a la fuerza frente al país, fue una decisión partidaria o personal que debe refrendar y honrar.
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