Estamos a escasos días de la segunda vuelta, uno de los dos candidatos será el futuro presidente en los próximos cinco años, la prensa en general es decir escrita o audiovisual (cuando no) favorece a uno de los dos contendores atribuyéndole virtudes discutibles, olvidando que años atrás a este mismo participante le endilgó incapacidad, ineficiencia, sectarismo, etc; etc; a su vez y con bastante malicia denigra o ataca al otro candidato, lo acusa de actitudes negativas, comportamientos inadecuados, faltas o delitos sin probar y elucubra sobre el caos que surgirá en un probable gobierno del agredido, la mayoría de veces los argumentos que se utilizan son de nivel “farandulesco” y con su reprochable posición generan y exaltan un ambiente de antagonismo entre peruanos. Lo que no destacan o quieren reconocer (esa prensa) es que ambos candidatos ofrecen una política nacionalista y tienen metas similares, difieren en los mecanismos pero los dos contendientes buscan mayor justicia social y una mejor repartición de la riqueza como eje fundamental de su propuesta, claro mientras esa (vil) prensa siga creando antagonismo entre los contendientes mas fácil será para ellos evitar se unan y juntos inicien el cambio que nuestra nación requiere. Se imaginan si el APRA y UPP se pusieran de acuerdo, respetaran al ganador sea quien fuere y asumieran su rol de cambiar el país, con la mayoría que juntos lograrían en el congreso fácilmente podrán efectuar lo que las elecciones determinaron, es decir que se ejecuten los cambios estructurales que el Perú requiere. Tengo la esperanza que detrás de los insultos o guerra sucia que a diario nos entrega la prensa para enemistar a los simpatizantes de cada partido, en cada lado existan hombres o mujeres inteligentes buscando o elaborando la forma de unir fuerzas y concretar lo que la mayoría de la población expresó y sentenció en las elecciones (utópico e ingenuo pero no imposible).
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