Fiesta patria II

Resulta desconcertante la brecha existente entre el estado y el pueblo, además la irritante incapacidad de sucesivos gobiernos para eliminar o reducir esa distancia genera desilusión o aumenta el rechazo contra las distintas administraciones a cargo del gobierno.


Aún hoy el estado se aburguesa y busca "occidentalizar" a todo el país, desde su perspectiva esgrime argumentos validos para un futuro proyectado por ellos, en contraposición los naturales se enquistan en sus raíces y en algunos casos hasta demandan independencia, cada lado se esmera en afianzar su posición y de esta manera la brecha solo crece.



La falta de identidad como nación, propia, que incluya ciudadanos de la costa sierra y selva con un destino común es lo que carcome y desintegra al estado, el centralismo que siempre se utilizó es hoy obsoleto, la herramienta disponible para corregir este gravísimo error de muchos años es la incipiente desentralización en proceso además de la explicita voluntad de cambio que deben exponer este y los siguientes gobiernos.


La necesidad de establecer la identidad referida es fundamental, consolidarla puede durar algunas decenas de años pero cuanto antes se empiece, mas rápido lograremos el objetivo trazado, si el estado no comprende esto e intenta modificar la transformación que inició con la desentralización puede obtener resultados catastróficos en un futuro mediato.


Puedo parecer radical o chauvinista pero la distancia expresada es un hecho que no tiene discusión. Bien harían quienes ostentan el poder buscar puntos de acercamiento, dejar de lado el snobismo o "afrancesamiento" que todos hemos visto o soportado en las fiestas patrias y tratar de acercar ideas y pensamientos con la masa andina y amazónica, solo así podrán iniciar el camino hacia una nación unida e integrada por un destino común.


Durante toda la era republicana el estado concentró su atención en la costa, de la sierra o selva solo apreció sus recursos o riquezas, los individuos no fueron prioridad y aún hoy, existen varios departamentos de la sierra y selva en total abandono. Aunque cueste decirlo y a otros aceptarlo tuvo que aparecer la violencia terrorista de sendero luminoso para que la costa voltee su atención hacia los habitantes del interior; la pobreza generalizada fue el aprovechado "caldo de cultivo" que utilizó Abimael y su banda.

La milenaria cultura andina está demostrando su fortaleza, incluso en sectores periféricos de la capital predominan sus costumbres, sin embargo el gobierno aún no parece entender y menos encontrar mecanismos para integrarse con estos ciudadanos.