Ahora Fujimori, sus allegados políticos y familiares tienen que asumir un decisivo rol para defender en tribunales como en medios políticos los casos admitidos. La decisión de la Corte Suprema de Chile para aceptar la extradición del ex presidente bajo dos cargos contra derechos humanos y cinco mas de corrupción de un total de trece planteados por la justicia peruana pone al peruano japones en una situación muy comprometida, fue un duro golpe para los fujimoristas pero también es una remota oportunidad para el acusado de ser, otra vez, protagonista de la vida política peruana.
Tomando en cuenta los antecedentes del poder judicial (sic) y específicamente de este caso existe escepticismo respecto al desarrollo de un juicio justo, honesto y estrictamente de orden judicial, puedo elucubrar sobre el último párrafo del segmento anterior e intuir que Fujimori tratará de sacar provecho de la condición de reo que ahora carga sobre sus espaldas, puede (¿podrá?) incriminar personajes vinculados al poder económico, político o social con información reservada y así negociar, obtener réditos políticos o hasta salir libre de culpa en alguno de los cargos que tiene. Revertir los hechos para encumbrar al ex presidente en una posición expectante de la política es una posibilidad con mucha menor probabilidad pero tampoco debemos desestimarla.
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