"Chino de risa"

Expresión de uso popular en Perú que ahora debe repetir a menudo Alberto Fujimori. Sin duda el primer "round" judicial entre el estado peruano y el ex presidente terminó a favor del peruano-japonés, el juez chileno Orlando Alvarez encargado del proceso de extradición dictó sentencia y rechazó el pedido. Como último recurso ahora solo queda la revisión que hará la segunda Sala de la Corte Suprema del vecino país.

Patético y hasta risible es oir o ver a los abogados peruanos contratados por el estado para la extradición, acusan o califican al juez chileno tratando de endilgar la culpa que ellos tienen por no manejar de manera eficiente el proceso, la falta de pruebas o fragilidad de argumentos, los errores cometidos en los trámites y el inexplicable descuido de la causa hacían prever un resultado negativo a los intereses del Perú sin embargo ahora llenan sus bocas de sofismas que intentan justificar los miles de dólares que cobraron o siguen cobrando.

Ya mencioné la necesidad de traer al "chino" para que rinda cuentas pero la forma como se hizo y hace no pronostica un final satisfactorio. El congresista Valle Riestra que tiene bastante experiencia en procesos como el comentado puso en debate dos importantes puntos, el primero refiere que la base de la extradición fue elaborada por el congreso, por ende la mayoría de pruebas son de origen político y no se ajustan necesariamente a procedimientos judiciales, el segundo es por la categoría del inculpado y la tradición o practica legal de Chile para casos como el que nos ocupa, además el irresponsable manejo de la prensa y políticos sobre el tema tienden a confirmar que existe una persecución política.

También es preciso mencionar que en este asunto existen intereses de sectores del gobierno de Japón y Chile que buscan influir a favor del ex presidente peruano, un próximo tratado de libre comercio entre los paises referidos así como el abierto apoyo de altos dignatarios internacionales hacia Fujimori (viuda de Sukarno) evidencian lo expresado.