Después de
cumplir diferentes compromisos familiares en estas fiestas navideñas amanecemos hoy veinte y seis de diciembre con ánimos e intención de ordenar el desbarajuste económico y la descomedida irresponsabilidad gastronómica forjada sin intención pero de manera consciente. Tanto en lo económico como sanitario el primer balance es definitivo, se pudieron prevenir y corregir los excesos pero se prefirió encontrar un remedio posterior, es que el asunto es de menor cuantía y de soluciones simples y rápidas, replantear los planes de fin de año y modificar la dieta alimentaria es suficiente para arreglar ambas cuestiones de manera definitiva. Listo.

No tengo mucha afinidad con esta fiesta por su creciente sentido comercial sin embargo cada año, el mismo día de navidad me siento imbuido por el espíritu fraternal que promueve esta fecha, por lo general lo hago entre quienes están y celebran conmigo

Queda muy claro que el origen y celebración de la navidad pasó a segundo plano mientras un progresivo carácter monetario es ahora protagonista, no es de ahora, esta pagana costumbre crece desde mediados del siglo pasado aunque la globalización y fiebre consumista del individuo (en el mundo entero) facilitó un desarrollo explosivo de esta tergiversación en las últimas decenas de años.
Anoche, algo tarde llegamos a casa, intenté buscar información para actualizarme y observar como celebraron nuestros

Algún accidente de transporte publico acrecentando estadísticas de muertos y el asesinato de varios policías en la zona de emergencia fueron otras noticias relevantes de los noticieros. La realidad nos abrumó apenas llegamos, nada había cambiado, solo nuestra desconexión con los medios de comunicación nos hizo pensar diferente.
El recuento final: Aunque mas gastados que cansados contentos por la alegría de nuestros niños
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