La política tiene la virtud de aglutinar en torno a ella toda clase de individuos, cultos, humildes o jóvenes, hombres y mujeres, cuando de política se trata a todos les asiste el libre derecho de pensar y muchos sentimos la necesidad de expresar nuestro punto de vista, la política también incentiva a otro gran segmento de la población a participar activamente, lo hacen de manera individual o colectiva; de pensamiento u obra; actuando dentro del marco legal o incluso transgrediendo normas; por convicción, manipulado y hasta equivocado. Lo complejo y heterogéneo del asunto junto al aspecto emocional de cada poblador permite vislumbrar o avizorar una interminable gama de posiciones políticas y posibilita comprender el exceso de algunos individuos para apoyar u oponerse a un determinado tema o punto concreto.
En estos días explotó una crisis regional de suma gravedad, ocupó la atención de los habitantes de toda nuestra región y preocupó de sobre manera por sus posibles consecuencias, hasta una guerra se podía pronosticar de agudizarse las desavenencias. El sentido común de los líderes políticos comprometidos y la visión geopolítica que cada uno de ellos percibió se plasmó en la XX Cumbre de Rio, presidentes de toda la región reunidos en Santo Domingo pudieron resolver de manera positiva el problema, tanto los países en conflicto como el resto de presidentes y sus delegaciones quedaron satisfechos por los resultados logrados, la paz y concordia se impuso sobre las nubes de guerra que oteaban el horizonte.
A raíz del problema expuesto muchos quisieron opinar, la gravedad del tema captó la atención de mayorías y cada quien aprovecho los mecanismos a su alcance para dejar en claro su posición, desde peruanos ilustres como Vargas Llosa hasta desaforados e incultos anónimos no dejaron pasar la oportunidad de plantear sus criterios o desfogar sus complejos, la libertad de expresión y plena disposición de variadas herramientas gráficas o audio visuales facilitan ahora a aplicación de esa prerrogativa y la mayoría no dejó pasar la oportunidad de dejar una huella sobre el tema.
No quiero terminar sin dejar de mencionar que es casi imposible dar una opinión correcta y adecuada, nadie conoce a fondo los problemas que terceros deben resolver, cuales son las consideraciones particulares que deben evaluar y el contexto de sus interacciones con otros protagonistas. Por otro lado los intereses que cada opinante defiende muchas veces supera y posterga sus convicciones morales o principios éticos, es fácil notarlo en gente inculta ya que sus textos plagados de insultos y/o falta de argumentos los desnudan pero cuando se capta en gente calificada e inteligente es lamentable, muchos de ellos aprovechan ser líderes de opinión y orientan sus ideas y puntos de vista hacia aspectos secundarios dejando de lado los verdaderos valores de algún suceso, peor que leer a un inculto es comprender cuando el erudito utiliza su intelecto para desviarnos de la esencia de un tema para llevarnos adonde el considera debemos estar o pensar.
En estos días explotó una crisis regional de suma gravedad, ocupó la atención de los habitantes de toda nuestra región y preocupó de sobre manera por sus posibles consecuencias, hasta una guerra se podía pronosticar de agudizarse las desavenencias. El sentido común de los líderes políticos comprometidos y la visión geopolítica que cada uno de ellos percibió se plasmó en la XX Cumbre de Rio, presidentes de toda la región reunidos en Santo Domingo pudieron resolver de manera positiva el problema, tanto los países en conflicto como el resto de presidentes y sus delegaciones quedaron satisfechos por los resultados logrados, la paz y concordia se impuso sobre las nubes de guerra que oteaban el horizonte.
A raíz del problema expuesto muchos quisieron opinar, la gravedad del tema captó la atención de mayorías y cada quien aprovecho los mecanismos a su alcance para dejar en claro su posición, desde peruanos ilustres como Vargas Llosa hasta desaforados e incultos anónimos no dejaron pasar la oportunidad de plantear sus criterios o desfogar sus complejos, la libertad de expresión y plena disposición de variadas herramientas gráficas o audio visuales facilitan ahora a aplicación de esa prerrogativa y la mayoría no dejó pasar la oportunidad de dejar una huella sobre el tema.
No quiero terminar sin dejar de mencionar que es casi imposible dar una opinión correcta y adecuada, nadie conoce a fondo los problemas que terceros deben resolver, cuales son las consideraciones particulares que deben evaluar y el contexto de sus interacciones con otros protagonistas. Por otro lado los intereses que cada opinante defiende muchas veces supera y posterga sus convicciones morales o principios éticos, es fácil notarlo en gente inculta ya que sus textos plagados de insultos y/o falta de argumentos los desnudan pero cuando se capta en gente calificada e inteligente es lamentable, muchos de ellos aprovechan ser líderes de opinión y orientan sus ideas y puntos de vista hacia aspectos secundarios dejando de lado los verdaderos valores de algún suceso, peor que leer a un inculto es comprender cuando el erudito utiliza su intelecto para desviarnos de la esencia de un tema para llevarnos adonde el considera debemos estar o pensar.
2 comentarios:
el pseudo erudito nos lleva al camino de su conveniencia, por sobre el bien común.
El inculto no tiene camino, no tien un rumbo más allá del intinto de sobrevivir día a día.
Y dónde quedamos?
Quizá alejándonos más de ambas rutas...
Chau.
O sopesando ambas; buen apunte el de seudo erudito.
Saludos.
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