(Disculpandome por los horrores gramaticales propios de un aprendiz de escribidor)

domingo, 20 de abril de 2008

Vivir o sobrevivir

Es ideal que cada persona al bordear los sesenta, sin distinción de genero, pueda tener plena certeza y suficiente convicción para hacer y ser respectivamente lo que se propone, concreto en sus aspiraciones personales y resuelto en cada acción que le toque confrontar, valorar todas las vivencias, tanto de orden positivo o negativo y disfrutar o asumir las mismas con autentica pasión, saber encarar los avatares diarios con la mejor disposición así como brindar una pujante vitalidad en las labores que emprenda. En síntesis vivir plenamente, sin temor ni vergüenza, con intensidad, libertad y fortaleza, decisión y valor, es decir, hacer lo que su conciencia dicta o dispone.

Ofrezco estas ideas y lineas debido a una singular experiencia que me toco vivir con personas de mi misma edad la semana pasada, analizando el hecho llegué a la conclusión que los seres humanos somos animales de costumbres y estamos organizados o habituados a encarar los diferentes asuntos desde una perspectiva establecida (adquirida en el curso de años), con mucha frecuencia se pierde la objetividad necesaria y se actúa bajo premisas no siempre ciertas o correctas, lo peor es que muchas veces la edad, monotonía o modosidad confunde a los adultos y le dificulta realizar las necesarias modificaciones y cambios en su comportamiento para asimilar nuevas tendencias e incorporar estas innovadoras ideas o conceptos en su siquis.

Algunos jóvenes dirán que ellos proceden de forma similar pero no están contemplando el cúmulo de años que un adulto mayor sostiene, los achaques que el tiempo propicia, el riesgo o resquemor de perder las comodidades logradas durante su vida o el desinterés de lidiar con la indiferencia de una sociedad que privilegia al joven entre otros aspectos.


Da la impresión que el poder facilita o, aún mas, simplifica la toma de decisiones digo esto por las noticias que ahora circundan por todo el mundo respecto a sorprendentes cambios en la vida sentimental de distintos jefes de estado de países desarrollados, Nicolas Sarkozy y Vladimir Putin son dos recientes ejemplos de lo expresado, ambos rompieron de manera imprevista largas relaciones maritales y en cortísimo plazo reiniciaron nuevas relaciones, el presidente francés se casó hace pocas semanas con la ex modelo italiana Carla Bruni y de Vladimir Putin (a pesar de su manifiesto desmentido) se anuncia un inminente matrimonio con la diputada Alina kavajeva, la más exitosa gimnasta rítmica de Rusia. Aunque el aspecto sentimental es solo un agudo angulo de un universo mayor en nuestra vida, estas experiencias valen como ejemplo.

Otro caso, un poco mas cercano, fue el que la semana pasada observé en un canal de cable, el programa tres G convocó a tres mujeres que se encuentran sobre los sesenta años, fueron invitadas precisamente para hablar de sus diarias actividades y de como enfrentan la vida o asumen su edad, en el transcurso de la programación dieron una verdadera cátedra de como se debe vivir, fue tan contundente el argumento expuesto y transmitido por cada una que al finalizar el programa uno de los conductores (Ciccia) hizo la despedida reconociendo y anunciando sin reparos lo mucho que aprendió en esa hora y su ilusión de llegar a la edad referida para vivir plenamente, algo que según él busca con ahínco y aún no puede encontrar.

No hay comentarios.: