(Disculpandome por los horrores gramaticales propios de un aprendiz de escribidor)

miércoles, 16 de julio de 2008

Chespirito y Cantinflas.

El cariño y reconocimiento que recibe en nuestra ciudad estos días el señor Roberto Gomez Bolaños es semejante al afecto y preferencia que aquí tuvo Cantinflas en los años de su apogeo, cada uno de ellos captó y copó en su momento la atención de sucesivas generaciones, además fueron lideres indiscutibles en el mas importante medio de comunicación de cada época. Chespirito es el indiscutible rey de la Tv en tanto Cantinflas lideró en salas de cine. Cada semana chicos y grandes esperábamos sentados frente a un televisor el estreno de un nuevo capítulo del Chavo del ocho, todos dispuestos a disfrutar del humor que dispensaba cada uno de los miembros de la vecindad, Bolaños escritor y actor asumía el peso de elaborar los personajes y guiones pero también cosechaba las ofrendas por su labor. El estreno de una nueva película de Cantinflas originaba enormes colas en los cines, la mayoría de veces con mucha mas demanda que los estrenos de las super producciones del cine norteamericano, Mario Moreno anclado en el personaje del pelado mexicano conquistó latinoamerica y el mundo con su forma de hablar, mejor dicho de enredar una conversación, fue un personaje inolvidable que triunfo en el corazón de cada uno de nosotros.

El humor blanco, la humildad como leit motive y la raíz mexicana son coincidencias de estos grandes artistas, el profundo mensaje que ambos dejan plasmado en cada una de sus interpretaciones son motivo de estudio y análisis por filósofos, antropólogos o lingüistas, la cantinflada es una palabra reconocida dentro del vocabulario español como algunos "dichos" del Chavo son ahora usados con frecuencia en el lenguaje cotidiano.

Aun recuerdo las dificultades que soporté en mi niñez a causa de Cantinflas (lo tengo grabado), cada domingo íbamos a visitar la casa de los abuelos maternos, todos los primos estaban ahí, luego de almorzar juntos solíamos ir a la matinee, casi siempre se escogía una película de Cantinflas, la odisea se generaba al momento de entrar a la sala escogida, la cantidad de gente con la misma intención y nuestra recurrente tardanza por lo tarde que servían el almuerzo ocasionaba diferentes situaciones, o nos sentaban separados o no encontrábamos asiento, la opción era ver la película en las escaleras del cinema o hasta en el suelo; en algunos cines de barrio las limitaciones técnicas de proyección eran flagrantes, un pésimo audio o sistema de proyección hacia casi imposible entender o ver lo que hablaban y se veía respectivamente, peor aún, la evidente falta de higiene en muchos viejos cinemas eran palpables; los griteríos de chicos o bebes en la función, la falta o cambio de secuencia de los respectivos rollos del film amén de las repeticiones viendo la misma película en semanas continuas hasta hoy lo recuerdo; de cualquier manera, Cantinflas dejo grabado en nuestra psiquis a ese gracioso, noble, vivaracho y humilde "pelado" que siempre recordamos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

cantinflas es inigualable, nadie lo iguala ni el chavo del ocho.