(Disculpandome por los horrores gramaticales propios de un aprendiz de escribidor)

martes, 2 de setiembre de 2008

Cábalas y temores, teorizar, especular.

Cargando mis paquetes regreso del mercado a casa, casi al final de la primera cuadra de la Av. Central el ancho de la vía se angosta, los peatones necesariamente debemos atravesar una pequeña área de tierra para empalmar con la continuación de la vereda, un arbusto en el medio de este espacio obliga rodearlo, como es lógico opto ir por el lado mas corto.
En forma inconsciente, casi a medio paso de superar la planta cambio de opinión y giro, de manera forzada atravieso por el lado mas extenso, sin preocuparme sigo caminando mientras la mente elabora el juicio de valor, la justificación que sustenta esta repentina determinación; par o impar, positivo-negativo; favorable o perjudicial, bueno y malo. La creencia que los impares traen mala suerte a mis cotidianas vivencias, que elegir el lado corto me sitúa en la peligrosa e indeseable posición de llevar o cargar un impar sobre mi conciencia hizo modificar la selección inicial. Cada alteración de mi habitual ruta, por ligera o banal que sea, debe mantenerse en número par, el impar realizado por error o distracción debe ser corregido a brevedad.

La cruz del enorme rosario decorativo que cuelga en la pared del dormitorio tiene una exagerada antigüedad y desgastada estructura, con bastante frecuencia la referida aspa pierde la exacta relación de ángulo recto entre sus dos partes; es sumamente importante reacomodarla en la posición correcta, cada mañana de manera instintiva miro de reojo el crucifijo para verificar su posición.

Subo al microbus iniciando un largo recorrido hacia Miraflores, son casi dos horas de lenta y caleteada ruta hacia mi destino, a medio camino debo efectuar riesgoso transbordo a una combi, rezar ciertas oraciones en determinado número y secuencia es la cábala usual, no mas, tampoco menos. Prefiero mantener mis infantiles taras en vez de exponerme a soportar un mal día sabiendo de antemano que así habrá de ser.

Estas supersticiones, temores o creencias aparecen y se diluyen, en ciertas circunstancias se intensifican como en otras se olvidan; hay épocas que van y vienen, indistintamente se reavivan o apagan, es común hablar de hechos que traen mala suerte como romper un espejo o cruzarse con un gato negro, en el otro extremo está la buena suerte que brinda cerrar el puño al ver una novia y "soltarla" (abrir la mano) al ver una persona de raza negra o tener amuletos que van desde patas de conejo hasta estampitas de santos. La presencia o evanescencia de estas supersticiones y las respectivas cábalas depende mucho del estado de ánimo, cotidianas preocupaciones, el exceso de tiempo libre u ocupación. La cábala es el acto, acción, el hecho concreto para superar la superstición, es un "mágico" mecanismo de defensa y muchas veces una absurda pero efectiva forma de mantener estable la psiquis, el alma.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Carlos, esto de supersticiones y cábalas son formas de conducta que se basan como bien dices en creencias sobre todo transmitidas de cultura a cultura.
Estas conductas intentan alterar el destino o la suerte de una persona. También existen las supersticiones de la buena y mala suerte.
Creo que la mayoría de personas hemos realizado alguna cábala o tenido un acto que revele esta creencia. Por ejemplo a fin de año, salir con un maletin a dar alguna vuelta, con la ventura de poder realizar un viaje, o usar ropa interior color amarillo para atraer la buena suerte...hay infinidad de ejemplos. La idea es no regirnos al extremo por estas formas de actuar.

Good luck

Carlos Caillaux dijo...

Ese irónico good luck final me hizo sonreír pero también cavilar por los impulsos que motivaron este título.

Saludos.

jenelvi dijo...

yo tengo una (cábala)que siempre cumplo, al levantarme de la cama piso siempre el pie derecho y si me equivoco me vuelvo a acostar jajaja

Carlos Caillaux dijo...

Esa se parece a las que sin pudor aquí describo.

Saludos.

markín dijo...

Hay un video, "el secreto". Pensar como si fuéramos energía, positiva para cosas buenas; negativa, para que ocurran cosas malas.

Y las cábalas y creencias van en ello. Afirmamos nuestra confienza creyendo que todo saldrá bien teniendo nuestro limón en el bosillo (ese que alejará todo mal); osea,estamos limpios inmunizados contra el mal, lo creemos, lo deseamos, y así sea hace... y así es. Energía positiva, trayendo cosas buenas. (lo del limón lo hice por mucho tiempo, terminaba seco y había que cambiarlo).

Lo mismo con eso de las escaleras, ya superado en mí, porque me digo : ah, soy más fuerte.

y así. Pero, todo eso, cumple su función p´rimordial que es hacernos sentir bien. Y si es así, qués siga así. Lo bueno, no se deb cambiar, verdad?

Chau.

pd. hay que cambiar lo amuletos de los jugadores de fútbo, de nuetsra selección.

Carlos Caillaux dijo...

Si nos sentimos bien, generamos energía positiva y encima estamos protegidos, para que cambiar, sería un desatino; los peloteros si necesitan renovar, pero no solo sus amuletos.

Saludos.

Susana Peiró dijo...

Carlos:

Muy interesantes reflexiones. Hace mucho tiempo atrás, la curiosidad me llevó a investigar sobre estos misterios. Y pasé de las supersticiones más cotidianas, a una mirada sobre la Cábala, el sistema de interpretación mística del Antiguo Testamento por los judíos. (Umberto Eco, en el Péndulo de Foucault tiene un buen punto al respecto)

Los misterios te llevan a otros misterios...y la vida es corta. Hoy me resulta más cómodo, "no provocar" aquello que jamás logré comprender del todo.

Muchas Gracias por tu publicación, la he disfrutado!

También te agradezco mucho tu paso por la Cueva, que me ha permitido conocerte.

Espero que sigamos charlando aquí y allá!

Saludos Cordiales!

Carlos Caillaux dijo...

Susana, gracias por la visita y seña; nuestros países, tan injustos a veces, impulsa a determinados miembros la búsqueda de pócimas o mágicos mecanismos para superar escollos, como bien dices es preferible obviar aunque no siempre podemos.

Saludos.