A principios de los años setenta el poder está en manos del Gobierno Revolucionario de la Fuerza armada, aunque los militares recién cumplen sus primeros dos años al mando del país ya es un hecho el contr
ol o copamiento de estratégicos puestos en las principales áreas del sector público. Los gobernantes cumplen una definida estrategia para que sus miembros, gente de confianza o subalternos ocupen puestos claves en las diferentes entidades del aparato estatal, la finalidad, simple, mantener un minucioso seguimiento del proceso de la "revolución" programada por ellos y ejercer un efectivo control de las entidades gubernamentales; numerosos tentáculos de la nueva administración empiezan a manejar distintas áreas del estado, plasmar su ideología y generar los profundos cambios proyectados. Se crean nuevos organismos con la exclusiva finalidad de supervisar con mayor eficiencia los distintos sectores productivos del país, el capital o inversión privada, personal de confianza se ubica en ministerios, organismos sociales, empresas públicas, medios de comunicación, empresas confiscadas o recién creadas, etc. El propósito de controlar el aparato estatal y país está en proceso, cada ente reorganizado o nuevo, de manera extricta debe aplicar los conceptos de la revolución, es así como el gobierno militar organiza, preside y dirige la nación.

La corrupción no es invento nuevo, siempre estuvo, existió o se enquistó en el poder, el Gobierno Revolucionario de la Fuerza Armada no pudo librarse de esa lacra ni estuvo exento de esa realidad. La Polla del Fútbol

Fui parte del mismo, como miembro del último eslabón de este perturbador negocio me involucré de manera activa dirigiendo una agencia de ventas en el popular distrito de La Victoria. Lazos de orden familiar me facilitaron ingresar, desde el inicio y con relativa ventaja sobre otros integrantes. En ese momento no desestimo la oportunidad de ser parte de esta nueva aventura comercial, mas bien anhelo estar ahí y muestro total disposición para participar, la vigorosa juventud que tengo y ostento esos años brinda la energía necesaria, el apetito de hacer negocios y ganar dinero son prioritarios, esto junto a un ego "inflado" por las espectativas, activamente impulsan mi presencia.
Nunca cometí falta a las normas internas de la empresa o delito alguno que esté tipificado en el poder judicial, jamas cedí a las tentaciones que recibí del entorno administrativo, menos participé en los sucios manejos que semana a semana eran visibles o estaban disponibles, mientras dirigí esta agencia me limité a cumplir metas u objetivos lícitos, podía jactarme de estar entre las cinco primeras en venta y con ingresos suficientes o acordes a la labor realizada, no necesitaba ensuciarme.
hoy, revisando mi comportamiento, no puedo mas que lamentar mis actos, si bien esos años no tuve la visión o claridad suficiente para evaluar mis pasos ahora se evid

2 comentarios:
Carlos:
Es difícil pronunciarse en estos casos. Creo que no siempre están dadas las condiciones para tener un "comportamiento distinto", para "entender las oscuras intenciones", etc.
Desde la distancia, ó el "atalaya del tiempo" resulta tarea sencilla juzgar nuestro comportamiento o el de nuestros semejantes. Sin embargo el árbol suele taparnos el bosque en la contemporaneidad de los acontecimientos.
De veras, no creo que merezca la pena, un cilicio. Vivir siempre es un aprendizaje, y creo que Vos aprendiste, como todos.
Un abrazo!
Susana, es verdad, facil es juzgar después, con datos y raciocinio acumulados en el tiempo y experiencia. Y si, aprendí mucho.
Saludos
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