(Disculpandome por los horrores gramaticales propios de un aprendiz de escribidor)

domingo, 11 de setiembre de 2011

Diez años después

Cada mañana en la mesa del comedor de diario tomábamos desayuno, a pesar que el horario de los chicos para ingresar al colegio era distinto compartíamos un momento juntos para empezar el día bajo el soporte de esta subliminal alianza del núcleo familiar. Con bastante frecuencia vía zapping buscaba en Tv información de canales foráneos, la degradante costumbre de las televisoras nacionales para atosigarnos con sangre y violencia desde muy temprano impulsaba escoger otras alternativas. 



Justo al momento de pasar por la señal de la BBC aparece la imagen de una de las torres del World Trade Center de New York con una inmensa columna de humo negro, hecho que de por si implicaba un gravísimo accidente, casi de inmediato cambio hacia el canal CNN en español para así facilitar la exacta comprensión de lo que sucedía. Apenas sintonizado el noticiero americano pudimos enterarnos que un avión comercial fue el causante del percance, las tomas permitían observar un enorme forado y personas que asomaban por ventanas ubicadas en pisos superiores al impacto agitando manos o prendas personales en desesperada solicitud de ayuda, era fácil entender que la densa humareda que los envuelve está asfixiandolos y el fuego a su alrededor les quema, penoso fue ver como muchos terminaban lanzándose al vació. Via Tv fuimos testigos de esta catástrofe que recién estaba en sus inicios. La posterior aproximación y empotrado del segundo avión en la torre aún intacta confirmó la presunción no expresada hasta ese momento, se trataba de un ataque terrorista.

La sorpresa como desconcierto de quienes transmitían esas horribles imágenes y su incredulidad por lo que estaban viviendo era notoria, balbuceos y perplejidad a cada momento marcaron el talante de los conductores y dramatizaron mas la transmisión. Conforme pasaron los minutos pudimos apreciar el ataque al pentágono, la caída de las torres y como es propio sentir el mismo horror, consternación, desesperación y rechazo que transmitían los rostros de neoyorquinos en el lugar. Fue un día negro para USA, tenebroso para la comunidad internacional y particularmente un acto repudiable para nosotros.

La despreciable experiencia de nuestro país con el terrorismo, negativa por cierto, nos hace mas sensibles respecto al tema, podemos por tanto palpar en su real medida la sorpresa, temor, repudio e indignación de los testigos de esta tragedia; comprender el terror, desconcierto, impotencia o sed de venganza de los directamente afectados y la confusión o desorientación de quienes en ese momento estaban a cargo de la administración del país afectado.

Es difícil aceptar que gente instruida pero de oscura naturaleza pueda organizar, estimular y provocar estos actos, exacerbar la mente de individuos de carácter inestable o desfavorecidos inculcando en ellos un fanatismo asesino sin límites bajo pretextos religiosos o ideológicos.

Debemos estar conscientes que a partir del momento mismo de la agresión nada será igual. En Perú pasaron casi veinte años desde la captura de los lideres terroristas pero el terrorismo persiste y es un problema vigente; en USA al cabo de diez años el terror sigue incrustado en sus habitantes, está presente y modificando su tradicional sensación de libertad como libre disposición. El mundo cambia y aquí si vale la expresión popular, "Todo tiempo pasado fue mejor"

Muchos países del primer mundo que descalificaron la actitud y manejo represivo de nuestro país hacia el terrorismo cometen mayor arbitrariedad ante agresiónes similares, su doble moral no resiste discusión y mas bien revela que sin remilgos ellos aplican la maquiavélica alocución "El fin justifica los medios". Tampoco debemos obviar que la violencia no procede de un solo lado, USA a la cabeza de una alianza de fuerzas occidentales usa el pretexto de los actos terroristas para desatar guerras amparadas en argumentos falsos, incluso existe una fundamentada teoría de auto ataque para sustentar sus acciones en el exterior. Países como Irak y Afganistán fueron y son actuales blancos, el supuesto pero frágil aliado Pakistán es otro escenario donde hoy ejecutan exabruptos militares.

Estos conflictos no garantizan un futuro promisorio, mas bien se avisora otro de pronóstico lúgubre, y no solo para los directos involucrados, en su vorágine de venganza que en realidad mas parece ansia de poder y control de recursos arrastran como arriesgan a todo el globo terráqueo, ellos (las dos partes) abonan para que todos suframos las consecuencias.


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