(Disculpandome por los horrores gramaticales propios de un aprendiz de escribidor)

domingo, 2 de abril de 2006

Primer aniversario de la desaparición del Papa Juan Pablo II

Este mensaje fue incluido en el foro informalísimo el año 2004, me parece oportuno recordarlo en esta fecha.

Este otro momento sucedió cuando Juan Pablo II visita por primera vez el Perú, unas semanas antes de su llegada adquirimos poco mas de un centenar de imágenes de plástico termo formado con una figura en relieve del Papa Juan Pablo II, la expectativa por la llegada del pontífice era tan grande que las imágenes mencionadas se vendieron con suma rapidez, de inmediato recibimos innumerables pedidos adicionales que lamentablemente no pudimos atender, Lima vivía esperando su llegada.
Pasó su primera noche en la residencia del nuncio apostolico ubicado en la Avenida Salaverry. Su programa se iniciaba al día siguiente a las 6.30 am. aprovechando que nuestro domicilio estaba en Santa Beatriz, nos levantamos muy temprano para verlo en persona, por restricciones del trafico tuvimos que caminar, recorrimos por la Av. Pablo Bermúdez hasta Salaverry, entre los ministerios de Salud y Trabajo. Nos topamos con muchas personas que también iban hacia el mismo destino. Monjas en grupo, familias, mujeres y hombres solos, transitábamos por el medio de la pista, el ambiente era extraño, de alegría espiritual, expectativa y curiosidad, conforme nos acercábamos la cantidad de gente aumentaba, nos ubicamos en un grifo de vía publica frente al ministerio de trabajo y ahí esperamos. A las seis y treinta en punto sale del garaje de la residencia un minibús de color gris con amplias lunas frontales, ingresa a la Av . Salaverry haciendo un giro de 90º, a la izquierda el chofer correctamente uniformado y a su lado en inmaculada sotana de color blanco la figura del Papa, lleno de fortaleza, sonriendo y saludando con la mano en alto, parecía estar flotando, irradiaba alrededor de todo su cuerpo un resplandor de luz que impresionó a todos, yo quedé atónito, mirábamos mientras se escuchaban expresiones de sorpresa, sumisión o nerviosismo, todo esto duro solo segundos pero esa asombrosa imagen me acompaña aún hoy y de seguro lo hará durante toda mi vida.

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