(Disculpandome por los horrores gramaticales propios de un aprendiz de escribidor)

domingo, 10 de junio de 2007

"Fujimori, Toledo y García, la misma porquería"

Este "slogan antipolítico" me viene a la mente por los recientes titulares de la prensa escrita y audio visual de Perú respecto al arresto domiciliario de Fujimori en Chile y la recomendación de extradición hecho por la Fiscal Suprema del gobierno chileno Mónica Maldonado. La fingida algarabía de los medios de comunicación nacionales tratando de levantar la noticia y/o saturar la opinión colectiva se estrelló con una actitud apatica o tangencial de la población, partidos políticos y entidades representativas vinculadas al tema, en realidad nadie puede acusar o sentenciar sin juicio como pretendió hacerlo la prensa.

No cabe duda que Fujimori debe ser extraditado para juzgarlo, sobre todo por la forma como dejó el poder además de los imnumerables indicios que lo vinculan con hechos de corrupción y delitos contra derechos humanos pero..., pero no debemos olvidar que Alan García quien ahora ocupa el sillón presidencial tiene responsabilidad o por lo menos tuvo conocimiento y participación en hechos similares a las acusaciones contra Fujimori, y no pasa nada, es mas usando artilugios vetados por la moral y decencia esperó la prescripción judicial de los casos en su contra para luego regresar al país y aspirar nuevamente la presidencia de la nación. Toledo puede respirar tranquilo respecto a casos contra derechos humanos (hasta ahora) sin embargo tiene numerosos casos de corrupción que aún no se aclaran como el de la inscripción fraudulenta de su partido.

Algo peor que nadie resalta y están inmersos los tres presidentes mencionados es la falsedad de sus actos, Fujimori ofreció un gobierno nacionalista y popular pero aplicó una extricta política neoliberal que es exactamente lo contrario a lo prometido, Garcia en este gobierno olvida los fundamentos nacionalistas de su partido y traiciona abiertamente a sus partidarios aplicando la misma corriente política de Fujimori y Toledo, este último tampoco cumple sus ofertas electorales, la lucha contra la corrupción fue un fiasco, claudicó ante al poder económico a cambio de dinero (sueldo de 18,000 dólares y vida de millonario utilizando los recursos y/o bienes del estado), explicita amoralidad en el caso de su hija Zaraí así como discutible sentido patriotico al someterse a los caprichos de una extranjera y su entorno. En consecuencia el titular de esta nota se ajusta a la verdad y las probables espectativas de cambio son lejanas, es que los políticos son quienes cometen estos delitos y también respònsables de efectuar o impulsar los cambios necesarios para corregir esta situación, que podemos esperar.

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