(Disculpandome por los horrores gramaticales propios de un aprendiz de escribidor)

lunes, 9 de julio de 2007

Aventura urbana

Sucedió hace tres años, encontré el documento en carpeta sin uso de mi Pc y deseo compartirlo.

Medio día del sábado, por acuerdo familiar almorzamos temprano para después salir de compras, el cumpleaños del abuelo estimula nuestro periplo para buscar un regalo que además de útil pueda satisfacer una carencia de nuestro homenajeado. La actual situación económica del hogar exige algunas variaciones, en vez de ir a San Isidro, Miraflores o un centro comercial tipo Jockey Plaza nuestro destino es Gamarra y nuestro fiel Toyota Corona será sustituido por una combi de la ruta Huaycán - Parada.

Iniciamos nuestro recorrido con bastante suerte, apenas llegamos a la carretera tomamos un vehículo semivacío, grandes y chicos, pudimos trasladarnos sentados casi toda la ruta. Un par de incidentes menores propiciados por pasajeros que pretendían realizar su recorrido con una "china" (50 centimos de sol) y las abruptas frenadas del chofer en cada esquina nos aderezaron el traslado.

Gamarra es para los comerciantes de prendas de vestir un “paraíso”, los que alguna vez tuvimos tiendas de ropa miramos con otros ojos este enorme emporio comercial. El caudal humano que circula frente a cualquier local comercial de la avenida Gamarra es de por lo menos 15,000 personas/hora, entre 6 y 8 horas cada día. Si consideramos que un flujo de tres mil personas durante tres horas se considera ideal para cualquier comerciante de la ciudad, Gamarra resulta ser el mercado potencial más grande de la ciudad y probablemente de Sudamérica; provincianos, extranjeros, comerciantes y clientes particulares pululan subiendo y bajando por los edificios con bolsones llenos de ropa. Las transacciones comerciales se suceden durante todo el día y se calculan movimientos diarios que superan los 8 millones de soles.

La compañía de niños muy chicos no es recomendable así que nos limitamos a ubicar nuestro regalo de manera rápida y con el menor desplazamiento posible, casi llegando a nuestro destino encontramos un viejo amigo del rubro textil que nos dio un dato para ropa “surfer”, la curiosidad nos ganó y fuimos a mirar, además se encontraba frente a la galería que buscábamos, donde se encuentran las tallas grandes (xl, xxl). Llegamos directamente por ascensor, el piso seis, siete y ocho de Galería Azul es como trasladarse a un centro comercial de San isidro o Surco, tiendas muy bien decoradas con mercadería de diseño exclusivo, buena calidad y precios razonables, luego de disfrutar, gastar en una prenda no programada y recorrer minuciosamente los tres pisos seguimos bajando por las escaleras hasta llegar a la calle y regresar hacia nuestro objetivo.

Después de comprar la pijama xxl programada, un par de prendas de oportunidad y las infaltables gaseosas exigidas por los niños iniciamos el retorno, sin muchos contratiempos llegamos a casa con luz y satisfechos del periplo.

Esta aventura familiar dentro de la ciudad es para otros lo cotidiano, el esfuerzo del comerciante limeño para encontrar mercadería con calidad y precios al alcance de sus clientes o la madre de familia que recorre cada rincón buscando mejores precios muchas veces obliga a lidiar con diferentes circunstancias que van desde un trato cordial y agradable hasta el robo y perdida de su dinero o pequeño capital de trabajo. Así es nuestra Lima que tanto queremos y odiamos a la vez.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Your blog keeps getting better and better! Your older articles are not as good as newer ones you have a lot more creativity and originality now keep it up!