(Disculpandome por los horrores gramaticales propios de un aprendiz de escribidor)

miércoles, 11 de julio de 2007

Poder colectivo

En estos días de marchas contra el gobierno, huelga de sectores publicos, rebeldía en regiones, toma de aeropuertos y bloqueo de carreteras los lamentables dislates del presidente García solo caldean mas los animos. El conflicto crece cada día, ambos bandos están encaprichados en triunfar y actuan como si el Perú les perteneciera; quienes realmente estan en desventaja, sin amparo y "contra la pared" son los ciudadanos comunes, la gran mayoria de la población, es decir aquellos que desarrollan sus actividades particulares sin el respaldo de lo que denomino el poder colectivo.

Hoy, los únicos que tienen posibilidad de hacer respetar sus planteamientos, exigencias, ideas o propuestas son los grupos organizados, pueden tener o no la razón (por lo general no la tienen) pero imponen su criterio en base a fuerza. En el gobierno de Fujimori se reprimió con fiereza esas actitudes pero tanto a Toledo como ahora a García le tiemblan las manos, sucumben ante las presiones de una masa insatisfecha y pasan por alto imnumerables transgresiones de ley cometidas por estos grupos organizados, la falta de autoridad del estado y el desmanejo del problema desnudan su fragilidad. Sutep, CGTP, cocaleros, mineros o transportistas; regiones, comunidades, gremios o pueblos, cada cual exige y logra sus anhelos en base a tomas de carreteras, aeropuertos o ciudades, el caos impera y nadie respeta la ley.

Durante el gobierno de Fujimori se estableció y consolidó la política neoliberal que hasta hoy perdura. Toledo la continuó, recibió orden de sus patrones para afianzar lo que Fujimori inició y claro, sin ninguna duda cumplió con diligente esmero, Alan García ni sabe que hacer, su doctrina partidaria y gran parte de los votos que lo ungieron como presidente buscaban cambios radicales sin embargo, los temores de ser considerado mediocre (y pasar a la historia como tal) por quienes manejan el "sistema" le obligan a desempeñarse en contra de sus principios.

Que hace para sobrevivir en esta sociedad cada individuo, a menudo se encuentra entre fuego cruzado y nadie vela por sus derechos, solo queda esperar pacientemente que terminen los conflictos para reiniciar sus actividades o buscar un sector que pueda representarlo y unirse.

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