Hace unos días se cumplieron cuatro años de la presentación del informe final de la CVR (Comisión de la verdad y reconciliación), para quienes desconocen que es, se trata de una iniciativa del estado para analizar y sacar conclusiones de los terribles años que el Perú vivió durante el terrorismo, evaluar a los directos involucrados, establecer culpabilidad es así como resarcir a las víctimas. Algunas ceremonias y pronunciamientos en esta cuarta celebración ponen nuevamente en el centro de atención a esta comisión, el definido sesgo político de los miembros cuestiona su objetividad y en lugar de agrupar ideas, hechos o actos para terminar de una vez con el tema se siguen abriendo heridas y provocando distanciamiento entre peruanos.
A mi modesto entender el informe de la CVR fue incompleto e inexacto, se exageró en varios aspectos, por un lado casi se duplicó el número de muertos reconocidos por el estado sin tener fuentes confiables que avalen esa afirmación, también se le dio mayor responsabilidad y concentró su mayor crítica hacia los abusos que pudieron cometer las fuerzas armadas minimizando de manera indirecta o subliminal la responsabilidad de los terroristas, no hay una explicita condena a ellos e incluso esta comisión tuvo el desparpajo de tratar de considerar a estos asesinos de sendero luminoso como presos políticos, el argumento esgrimido (risible para no decir estúpido) fue que de esa manera se buscaba reintegrar a estos delincuentes a la sociedad y vida política. El rechazo de grandes sectores de la ciudadanía contra la CVR, dentro de los que me incluyo, terminó por romper la frágil unión que todos tuvimos antes del informe, aún hoy en foros y periódicos se discute sobre la responsabilidad de los protagonistas y las penas o resarcimiento que cada cual debe recibir, sin ponerse aún de acuerdo quienes son los verdaderos responsables de esa barbarie y que debemos hacer para no repetir el mismo escenario.
Quienes vivimos y sufrimos las consecuencias de los actos terroristas, los que perdieron seres queridos, o quienes perdieron sus bienes materiales, quienes sentimos en nuestra vecindad los terribles coches bombas dejados por estos delincuentes y fuimos testigos directos de las muertes que causaron e incluso resaltaron para infundir miedo en la población, no podemos quedarnos en silencio, y estos politiqueros de la comisión que solo buscan réditos deben ser denunciados y expuestos ante el mundo como realmente son. Comisión de la verdad y reconciliación que todavía no encuentra la verdad y tampoco nos aproxima hacia la reconciliación.
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