Godofredo García Baca

Ayer durante el almuerzo familiar de cada semana recibí de mi hermana una copia en DVD del documental Tambogrande, mangos, muerte, minería. Esta cinta realizada y dirigida por el peruano Ernesto Cabellos y la canadiense Stephanie Boyd relata la exitosa lucha de un pueblo contra una empresa minera que intentó instalarse en su ciudad para explotar una mina de oro en la modalidad de tajo abierto, es el segundo trabajo que estos cineastas realizan juntos y se presentó dentro de las actividades paralelas del 11 festival de cine en Lima realizado en Agosto de este año, con anticipación fue premiado en el Gdansk Dignity & Work Film Festival de Polonia y se dedica a la memoria de Godofredo García Baca, agricultor colono de esa región y líder opositor asesinado en el transcurso de la filmación del documental, la emoción que despierta a quienes visualizan este trabajo es profunda y el film merece destacarse por plasmar con veracidad la desigual pero triunfal lucha de una pequeña comunidad contra el solemne (oscuro) poder político y económico que esta vez debió aceptar su derrota y retirarse.

Don Godofredo García Baca, insigne peruano, héroe anónimo, quijotesco luchador y mártir civil no reconocido fue un agricultor que se instaló en el valle de San Lorenzo en 1964, dejo sus actividades docentes en la Universidad Agraria para colonizar y desarrollar en las 80 hectáreas adquiridas la Cédula Diversificada de Cultivos y Crianzas, esto consiste en asociar diversos cultivos complementados con crianzas en un solo espacio físico, donde comparten el agua, los nutrientes y hasta las plagas. En 1993, ganó el premio San Luis Pro Conservación de la Naturaleza, junto a sus hijos Godofredo y Ulises por su aporte a la conservación de la naturaleza, armonizando el agua y aplicando los modelos con los que experimentaba en su parcela; cuando estalló el conflicto por la pretendida explotación minera de San Lorenzo, Godofredo se convirtió en un tenaz opositor, supo capitalizar sus habilidades para advertir a todo el mundo sobre lo que iba a suceder y fue el primero en dar la voz de alerta. García Baca resumió en cuatro las razones por las que no se debía aceptar el proyecto minero:

• Enajenación de la propiedad privada, puesto que los terrenos sobre los que se asienta el valle fueron comprados por sus colonos a través de procesos de ventas libres entre 1962 y 1965, lo que atentaría contra la misma constitución del Perú (artículo 70º); por último, la agricultura tiene más criterios de necesidad pública que la minería, pues satisface de modo inmediato las necesidades de la comunidad.
• Pone en peligro la actividad agropecuaria, que sustenta la zona. Según la Constitución (artículo 88º), “el Estado apoya preferentemente el desarrollo agrario” y garantiza la propiedad.
• Desaparición de la cubierta vegetal (formada por los bosques y las áreas de cultivo) por su paulatina muerte a causa de la construcción u operación de los tajos abiertos, a pesar que se obliga al Estado a proteger la biodiversidad (Constitución, artículo 68º) Obviamente, las poblaciones de fauna y humanos serán irremediablemente afectados.
• Deterioro de la calidad del aire y del agua por la contaminación con explosivos, gases, así como el ruido y las vibraciones, en un área de 60 kilómetros a la redonda desde el tajo abierto.

Godofredo García Baca cayó bajo balas asesinas de quien tal vez no le gustó su liderazgo, una clave del asesinato parece ser la fecha del crimen, exactamente un mes después de los sucesos de Tambogrande, y un año después de la instalación de la Mesa Técnica de Apoyo a Tambogrande. Vayan desde este blog un reconocimiento para este ilustre peruano y otro agradecimiento para los cineastas Cabellos y Boyd por su esclarecedor documento.