Y la vida continúa, la tecnología evoluciona y promueve la modificación de costumbres, el individuo se transforma y actualiza renovando sus principios, en síntesis la dinámica del comportamiento del ser humano le obliga a nutrir su aspecto intelectual y crecer en lo material como espiritual; vivimos en un mundo que se retuerce en medio de estos parámetros, si queremos ser parte del mismo debemos aceptar sus reglas y someternos a esa realidad, y si no, también.
Las destempladas y vociferantes expresiones de importantes miembros del gobierno ante la tendencia inflacionaria de distintos productos alimenticios solo muestran angustia y hasta pánico por la incapacidad o ineficiencia en el manejo o control del problema, era previsible y en Enero de este año ya lo habiamos pronosticado; solo dos referencias para refrescar la memoria del Premier, el litro de aceite que costaba S/3.60 soles en Enero ahora llega a S/6.50, el tomate sube en el mismo lapso de S/1.80 a S/4.00, si a pesar de las alzas existentes se insiste en decir que no hay inflación y que el incremento de precios no supera el 4% es claro que retrocedemos, que no se aprendió nada en el gobierno anterior y nuestro destino es impredecible, que vamos hacia lo desconocido en manos de un partido sin identificación ni norte y que además insiste como su anterior gestión (1985-1990) en ignorar o desmerecer la capacidad cognitiva de su pueblo.
El partido aprista en un viraje de 180º cambia sus preceptos ideológicos de izquierda y apuesta por una política neoliberal, en ese contexto concerta una leve inflación con los industriales, al cabo de unos meses pierde el control y se disparan los precios. Para nadie es desconocido que el estado permite a los industriales coactar a minoristas para que vendan sus productos con bajísimos margenes de utilidad mientras ellos si mantienen o hasta incrementan los suyos; que las alzas vienen desde principios de año e indefectíblemente iban a arrastrar los productos que llegan del campo (de pan llevar); que salvo provocaciones nada se hace por corregir los errores; que hoy los industriales incluso piden mas; en verdad todos estabamos al tanto menos el gobierno.
Aferrarse a ideas retrógradas o tratar de retroceder será peor, suponer que con bravatas se corrigen los errores o que la fiscalización y supervisión en mercados de abastos resolvera los problemas es ingenuo, iluso o hasta estúpido, si pues, los tiempos cambian pero aquí algunos se resisten a entenderlo, la incongruencia de aplicar una política monetaria permisiva o tolerante origina estos disparos o aprovechamientos de sectores que solo les interesa lucrar; la mediocridad del gobierno es latente, sabíamos adonde podríamos llegar con el Apra pero no con la rapidez ni descontrol que ahora percibimos.
Las destempladas y vociferantes expresiones de importantes miembros del gobierno ante la tendencia inflacionaria de distintos productos alimenticios solo muestran angustia y hasta pánico por la incapacidad o ineficiencia en el manejo o control del problema, era previsible y en Enero de este año ya lo habiamos pronosticado; solo dos referencias para refrescar la memoria del Premier, el litro de aceite que costaba S/3.60 soles en Enero ahora llega a S/6.50, el tomate sube en el mismo lapso de S/1.80 a S/4.00, si a pesar de las alzas existentes se insiste en decir que no hay inflación y que el incremento de precios no supera el 4% es claro que retrocedemos, que no se aprendió nada en el gobierno anterior y nuestro destino es impredecible, que vamos hacia lo desconocido en manos de un partido sin identificación ni norte y que además insiste como su anterior gestión (1985-1990) en ignorar o desmerecer la capacidad cognitiva de su pueblo.
El partido aprista en un viraje de 180º cambia sus preceptos ideológicos de izquierda y apuesta por una política neoliberal, en ese contexto concerta una leve inflación con los industriales, al cabo de unos meses pierde el control y se disparan los precios. Para nadie es desconocido que el estado permite a los industriales coactar a minoristas para que vendan sus productos con bajísimos margenes de utilidad mientras ellos si mantienen o hasta incrementan los suyos; que las alzas vienen desde principios de año e indefectíblemente iban a arrastrar los productos que llegan del campo (de pan llevar); que salvo provocaciones nada se hace por corregir los errores; que hoy los industriales incluso piden mas; en verdad todos estabamos al tanto menos el gobierno.
Aferrarse a ideas retrógradas o tratar de retroceder será peor, suponer que con bravatas se corrigen los errores o que la fiscalización y supervisión en mercados de abastos resolvera los problemas es ingenuo, iluso o hasta estúpido, si pues, los tiempos cambian pero aquí algunos se resisten a entenderlo, la incongruencia de aplicar una política monetaria permisiva o tolerante origina estos disparos o aprovechamientos de sectores que solo les interesa lucrar; la mediocridad del gobierno es latente, sabíamos adonde podríamos llegar con el Apra pero no con la rapidez ni descontrol que ahora percibimos.
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