(Disculpandome por los horrores gramaticales propios de un aprendiz de escribidor)

sábado, 22 de marzo de 2008

Ahora me siento...

Solo, estoy vacío, y no porque esté habitando o viviendo en soledad, (por si acaso) tampoco pretendo hacerlo, mi solitaria situación se explica por la sensación de no ser atendido ni entendido por los otros miembros del nucleo familiar, ud podrá discrepar y pensar como le parezca pero mi realidad, lo que siento, es como describo. Si quieren tener nuevos animales en casa, piden, ruegan y hasta ofrecen el apoyo necesario sin embargo a la hora de efectuar la labor requerida, no pasa nada; si les gusta tener cerca a las mascotas no marcan límites ni existe la debida o suficiente higiene; si quieren hacer una fiesta de cumpleaños exigen como si el reclamo altisonante fuera la única manera de lograr sus metas; si están preocupados por sus proyectos personales descuidan o hasta desatienden sus deberes en casa; si están ilusionados por algo material no miden e insisten hasta de manera ordinaria para lograrlo. En contraste puedo afirmar que lo sentido es pasajero y tan rápido como dentro mio fluye esta desazón, desaparece. Basta una caminata a solas o una amena conversación con personas ajenas al entorno familiar para apaciguar ánimos y ver las cosas con mayor frialdad, entender los límites de los nuestros y aceptarlos (nos) como son (mos), tratar de reanudar la discusión de cada tema desde un ángulo diferente y así dilucidar lo necesario para retomar la habitual armonía de casa.

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