Rosas de mi jardín

Dos semanas atrás mi pequeña hija reclama por el descuido que ahora se observa en nuestro jardín, menciona la escasa producción de paltas en este año y desaprueba el desmedido tamaño del césped, mientras juntos alimentamos los peces ubicados en las pozas del fondo de la casa esgrime con firmeza su posición y requiere una inmediata atención o la restitución del vergel a su estado original, de nada sirven sustentados argumentos, menos las sinceras explicaciones de nuestra capacidad o actuales dificultades técnicas por el crecimiento urbano del barrio, parece que nada satisface sus espectativas, tiene una discordante posición respecto a mi actual (y oportuna) perspectiva ornamental y así lo hace ver.

Como paliativo y atendiendo una especifica queja respecto al antiguo rosal ubicado al fondo de la casa me comprometo a recuperarlo, le aseguro que a corto plazo nuevamente será fuente de flores, de acuerdo a mi oferta para que siempre tenga, que no falte en el florero de su dormitorio una perfumada flor. Hoy temprano la sorprendo llevándole la primera, esta que observan aquí arriba, aunque lo tomó con cierta indiferencia de seguro la continuidad de abastecimiento de estas rosas servirá para cambiar en algo su original punto de vista.