(Disculpandome por los horrores gramaticales propios de un aprendiz de escribidor)

miércoles, 6 de mayo de 2009

Un típico día

Poco a poco se normalizan las cotidianas actividades del hogar, después de casi tres meses de irregular agitación, marcados sobresaltos, razonables satisfacciones y/o precipitadas adquisiciones se empieza a recuperar la corriente monotonía de meses anteriores. Cada nuevo día crece nuestra compenetración con la casa alquilada que ahora funge de hogar, aunque todavía quedan pendientes algunos arreglos para completar las comodidades que consideramos indispensables es bueno precisar que muchos de estos ajustes ya se encuentran en segunda fase correctiva, algo que no se por que diablos acostumbramos llamar "sintonía fina".

Un amanecer soleado y caluroso que confirma los profundos cambios meteorológicos que ahora existen en el planeta y por ende en nuestra ciudad facilita, casi obliga, a estar despierto desde las primeras horas de la mañana, la mecánica costumbre de prender la Tv para escuchar o ver las noticias siempre tienen el mismo resultado, la sucesión de reportajes de corte policial o crónicas saturadas de tragedias personales son el mejor estímulo para saltar de la cama huyendo de la basura televisiva de nuestra ciudad. Entre las notas de hoy aparece una sobre la muerte de Mariano Prado Sosa, probablemente no signifique nada importante para la mayoría de televidentes (¿quien es este Marianito Prado?), pero quienes superamos el medio siglo de vida tenemos presente que este señor es el último miembro conocido de una diminuta casta de millonarios apellidos que a su reverendo antojo controlaron el país hasta la primera mitad del siglo pasado, hijo mayor de prominente banquero e industrial y descendiente directo de dos presidentes que ejercieron en los siglos XIX y XX; familia venida a menos desde que el gobierno de Velazco Alvarado en la década de los setenta confisco todos sus bienes; a mi parecer esta muerte marca el final de ese país que hoy pocos recuerdan, lamentablemente no significa que hayamos superado la injusta pirámide del poder que aún existe.

Después de la turbia descarga de amarillismo periodístico una cómoda y fresca caminata hasta el mercado anima el espíritu y tonifica el cuerpo, previa escala en la panadería Central donde aún se puede conseguir pan francés de piso perdemos unos minutos conversando sobre el acontecer limeño con el propietario de la bodega del Parque kennedy. El mercado es un capítulo aparte, a pesar de llegar a primera hora siempre hay una gran concentración de mujeres, tanto comprando como tras mostradores, tiene una apariencia singular y lo disfruto mucho, después de las compras una rápida parada en la ferretería para completar aditamentos pendientes para un tanque de agua que estoy instalando en el techo; para regresar a casa sin cargar bolsas, taximoto.

En la mañana se repiten sucesivas pruebas con el tanque mencionado hasta pasado el medio día, momento de iniciar la habitual faena culinaria, almuerzo y siesta para luego continuar con el apoyo a los chicos en sus labores escolares. Se vienen nuevos retos, volver a la habitual rutina de los últimos cinco años es el preciso indicador para iniciar varios proyectos pendientes, programados con anticipación y de suma importancia para la familia, tanto que marcarán nuestro rumbo en los próximos años o hasta siguientes décadas, además presumo que tendrán una importante gravitación en la vida y futuro de nuestros dos adolescentes hijos.

2 comentarios:

RBC dijo...

Que bueno que vayan recobrando la normalidad luego de una etapa distinta. Cuando relatas sobre tu visita al mercado me haces sentir que también es interesante disfrutar de ese espacio donde se entremezclan no solo rostros, sino hasta posibles conversaciones con las "caseritas" o rebajas inesperadas o reclamadas; además no falta la vendedora amable e inteligente que te invita por ejemplo una granadilla y luego ya dependerá de uno si accede llevándole o no algo.
Me gusta mucho el mercado, que no difiere casi de los mercados de otros lugares.
Carlos, supongo que estan en esa fase de acomodo hasta acostumbrase al nuevo espacio hogareño. Espero que les vaya super bien.
abrazoss

Carlos Caillaux dijo...

RBC,gracias por tus buenos deseos, es importante que en momentos de cambio las decisiones se logren después de meditadas evaluaciones; la afinidad que compartimos con el mercado no es una exclusividad nuestra, muchos más disfrutan ese espacio.

Saludos.