(Disculpandome por los horrores gramaticales propios de un aprendiz de escribidor)

martes, 30 de junio de 2009

Como aguja en el pajar

Cuando intentamos evaluar la importancia o nimiedad de nuestra existencia, sopesar los aportes y/o perjuicios que proporcionamos al mundo, la nación, nuestra sociedad, familia o específicamente a nosotros mismos es necesario cotejar y medir, para hacerlo con propiedad debemos usar referencias autenticas así como relacionar la experiencia personal con otras de seres homogeneos, ser objetivos para evitar sobrestimar o subvaluar nuestra particular apreciación es vital. Si queremos calcular cuanto podemos rescatar u olvidar de nuestras cotidianas acciones o posturas lo apropiado es vincular lo propio con referentes morales y sociales que se ajusten a valores reconocidos, elementos que graviten en nuestro entorno y ofrezcan virtudes reconocidas, no corresponde hacerlo con ideas o individuos que no puedan ostentar ese parangón, muchas veces usamos parámetros existentes a nuestro alrededor sin que estos necesariamente contengan la excelencia requerida. La actual mediatización de la sociedad y agitada dinámica de vivencias dificulta encontrar ejemplos claros para seguir, con suma sencillez uno se puede aturdir o desorientar; equivocarse, mal interpretar o tergiversar su propia valoración.

Además se precisa tener conciencia de quienes somos, donde estamos o desde cuando existimos como seres; cual es nuestro regular comportamiento y hacia donde nos dirigimos; como personas que espectativas proyectamos o que tanto ya hemos hecho. Debemos considerar que cada individuo de nuestra colectividad es un ente racional dentro de una comunidad con mas de seis mil millones de congéneres; que según predicciones científicas habitamos un pequeño planeta situado dentro de una galaxia con mas de cien mil millones de astros; constelación que a su vez es solo una de aproximadamente quinientos mil millones existentes en todo el universo conocido. Cabe preguntarse ¿Que o quienes somos?; ¿Cuanto podemos dar, aprender, contribuir, enseñar o recibir?; ¿Que tan útil será nuestro aporte? o ¿Si el daño conculcado o por infringir tiene relevancia?

En este vasto(ísimo) universo somos insignificantes; poco es lo que podemos ofrecer y menor aún lo que se pueda cambiar, la posibilidad de distinguirnos es compleja y difícil. Si poco o nada vamos a cambiar de que sirve intentarlo, quién o qué nos obliga; vale la pena ser prístinos y leales, justos e íntegros; ser mejores individuos; cultivar nuestra alma, nuestro Yo. Cuestiones y dudas que a menudo rondan nuestro cerebro y que en determinadas oportunidades no encuentran respuestas satisfactorias o definitivas.


La escandalosa dosis de aturdimiento que los medios de comunicación han desarrollado en las dos últimas semanas a causa del asesinato de una cantante vernacular han puesto en evidencia la calidad moral de quienes dirigen esas empresas, la pobreza de espíritu que detentan e irradian y la baja estofa de sus referentes éticos; han mostrado también la estúpida alienación de una sociedad que sigue ansiosa, paso a paso estos hechos esperando el descenlace, sea cual fuere el resultado, ahora todos acusan, defienden, comentan o aupan, sentencian y condenan a quienes protagonizan cada acto de este circo mediático. Como aguja en el pajar debemos distinguirnos e intentar no caer en la necedad general, en la voragine de sandeces que se repiten cada día, que solo buscan exaltar el morbo de la comunidad, la podredumbre del individuo. Es indispensable encontrar paz interior, equilibrio emocional y objetividad para sobreponerse y evitar ser arrastrados (como muchos fuimos) por esas lacras que pretenden orientar nuestros pensamientos, seguramente con fines subalternos.


6 comentarios:

poemas dijo...

Quizas en el universo somos como hormigas en cuidando y trabajando la tierra que es lo mas importante en vez de perjudicarla con humos contaminantes. Excelente articulo!


Saludos!

Carlos Caillaux dijo...

O hasta menos, ante la inmensidad del cosmos con precisión podemos afirmar que somos imperceptibles e insignificantes sin embargo la capacidad de raciocinio que desarrollamos nos impulsa a crecer.

Salud.

RBC dijo...

La cobertura que le demos en nuestras vidas a los hechos o acontecimientos que suceden a nuestro alrededor, dependerá de nosotros mismos; unos demandan más esfuerzos (análisis) que otros.

Abrazote

Carlos Caillaux dijo...

Muy cierto aunque el "bombardeo" periodístico que hemos recibido en los últimos días con el caso Meza- Delgado desborda cualquier cálculo.

Salud.

Rocvall dijo...

Tienes razón a veces uno se pregunta si vale la pena seguir patrones de conducta inculcados en el seno de la familia cuando uno no es sino día a día avasallado por el sistema con una escala de valores trastocada y transornada,

Carlos Caillaux dijo...

Efectivamente, es muy difícil mantener los valores recibidos o adquiridos, las tentaciones son imnumerables y continuas, precisamente quienes mantienen intacta su integridad (entereza) se distinguen.

Salud.