(Disculpandome por los horrores gramaticales propios de un aprendiz de escribidor)

jueves, 21 de enero de 2010

Gracias Walt

Después de navidad pero antes del fin de año iniciamos un viaje de placer con toda la familia, el postergado pero aún más anhelado periplo finalmente se cumplió, fue un compromiso personal adquirido tiempo atrás con la finalidad de brindar u ofrecer a mis pequeños (incluido el niño que llevo dentro de mis entrañas) la posibilidad de gozar con la familia en establecimientos destinados para ese fin; permitirme redescubrir, explorar culturas diferentes; apreciar disímiles costumbres y socializar en comunidades de otras latitudes.

La idiosincracia "yanqui" tiene atributos que coincidían con nuestra ambición, la singularidad "gringa" transita sobre parametros muy definidos a ese respecto y su desarrollo como país lo hace un referente obligado, su organización, valor civico y nacionalismo es destacable como digno de observar (para no decir admirar) aunque también podemos y debemos reconocer que por el bien común (el de ellos) estos individuos son capaces de postergar su pregonada y evidente libertad de acción para someterse con estricta pulcritud ante un estado opaco o turbio, no siempre transparente. Siempre tuve presente que en la medida de lo posible a nuestros menores les debemos ofrecer la alternativa de nutrirse con vivencias totalmente desemejantes y en esta oportunidad pude satisfacer la promesa, cumplir la voluntad expuesta.

En la primera fase del viaje nos instalamos en un Resort de la cadena Disney. El "summum" del marketing plasmado por una corporación que ofrece tanto como uno puede aspirar (y hasta más) pero sin perder su esencia comercial; impecable servicio, profusa diversión, inobjetables facilidades y lo que es peor (o mejor), llegan a la medula del huesped para emocionarlo en cada oportunidad, la visión o proyecto de Walt Disney hoy se plasma de manera concreta como no imaginé, nunca crei o siquiera presumí la capacidad de estos empresarios para estremecer, encandilar o impresionar a los mas de ciento cuarenta mil visitantes diarios. La sucesión de actividades, variedad de oferta, organización y cuidado en los detalles supera cualquier espectativa. Fueron siete aprovechados e inolvidables días con escasas horas de sueño, mucha actividad y sometidos al yugo de una voragine de consumo, impropia pero deliciosa.

4 comentarios:

RBC dijo...

Que bueno Carlos! percibo que lo disfrutaste mucho y eso es lo que vale finalmente.

Carlos Caillaux dijo...

No te imagina cuanto, de hecho mas de lo previsto. TAMBIÉN VIENE.... la segunda y tercera fase.

jenelvi dijo...

Bien por los tuyos y especialmente x tu" niño interior" y que siga el disfrute.
slds Carlos.

Carlos Caillaux dijo...

Gracias Jenny, mi niño estuvo y está "empachado" de satisfacción, deslumbrado y reacio a desaparecer. Un abrazo.