(Disculpandome por los horrores gramaticales propios de un aprendiz de escribidor)

jueves, 2 de agosto de 2007

"El paso del loro"

En las últimas dos semanas, hasta en tres ocasiones escuche de personas muy cercanas, el deseo, intención y/o necesidad de efectuar cambios sustanciales en su forma de vida a través de nuevos trabajos, el hastío de sus actuales actividades junto a la monotonía que impregna cada una de sus existencias los impulsaron a buscar o tratar de aprovechar convenientes ofertas laborales. El cambio anhelado junto a la oportunidad existente les ofrecía una nueva perspectiva que en apariencia les resultaba satisfactoria, después comprendí que el entusiasmo exagerado y la aparente determinación de los tres expuso la descarnada ligereza de sus juicios.


Sin prestar mucha atención en el momento de cada tertulia asentí con ellos dejando pasar aspectos que la experiencia de vida o lucidez personal nos enseña, sin embargo en mi nocturna, particular y cotidiana introspección en el "nido" reflexioné sobre lo acontecido y recordé "El paso del loro" término coloquial de algunos íntimos cuando vamos a efectuar cambios importantes, justo hoy en conversación telefónica con entrañable amigo tocamos el tema y sirvió de estímulo para elaborar el presente escrito.


Cuando un loro se traslada de rama en rama, entre arbustos, siempre lo hace con cautela, utiliza el pico y ambas garras, indistintamente usa cualquiera de las tres según la necesidad del momento, solo suelta la rama que acaba de superar cuando se siente plenamente sujeto a la nueva, su paso parece lento y puede ser un tanto así pero prevalece su tranquilidad como seguridad al desplazarse. Esta lección de vida trasladada a nuestras decisiones creó este refrán y quedo entre nosotros para utilizarse cuando tratemos de hacer cambios, esos que pueden modificar costumbres y formas de vida. Intuirán que a los tres mencionados al inicio les pase un correo con este link para que sus decisiones tengan a la vista "El paso del loro"

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